Aunque la idea de la evolución tenía precedentes, no fue hasta 1859, con la aparición de la obra El origen de las especies del naturalista británico Charles Darwin, que la idea de la evolución se estableció definitivamente. Darwin recopiló e interpretó un gran número de observaciones y experimentos de muy diversas disciplinas de investigación y los presentó como un argumento irrefutable en favor del hecho de la evolución. Pero Darwin suministró además un mecanismo para explicar las adaptaciones complejas y características de los seres vivos: la selección natural.
¿Qué significó la teoría de la evolución y de la selección natural en el contexto de la biología del siglo XIX? En 1802 el teólogo W. Paley publica la obra Teología natural, en donde arguye que el diseño funcional de los organismos evidenciaba la existencia de un creador omnisapiente. Según él, el ojo humano, con su delicado diseño, constituía una prueba concluyente de la existencia de Dios. Para los naturalistas que querían explicar los fenómenos biológicos por procesos naturales, explicar la adaptación, la maravillosa adecuación de los organismos a su ambiente, constituía el problema fundamental.
¿Qué significó la teoría de la evolución y de la selección natural en el contexto de la biología del siglo XIX? En 1802 el teólogo W. Paley publica la obra Teología natural, en donde arguye que el diseño funcional de los organismos evidenciaba la existencia de un creador omnisapiente. Según él, el ojo humano, con su delicado diseño, constituía una prueba concluyente de la existencia de Dios. Para los naturalistas que querían explicar los fenómenos biológicos por procesos naturales, explicar la adaptación, la maravillosa adecuación de los organismos a su ambiente, constituía el problema fundamental.
Teoria De Lamarck
La teoría de Lamarck se basó en dos principios básicos: el concepto de que es una característica intrínseca de los seres vivos evolucionar a un nivel de complejidad y perfección cada vez mayores –motivo por el cual Lamarck creía que los seres había evolucionado de microorganismos simples originados de materia no viva (teoría de la generación espontánea)– para organismos más complejos; el segundo principio fue el del ‘uso y el desuso’, que fue el punto crucial del lamarckismo y decía básicamente que lo que no es usado se atrofia y lo que es usado se desarrolla siendo pasado a generaciones posteriores. Es decir, órganos, miembros y otras características de los seres vivos que fuesen usados acabarían desarrollándose y pasando de generación en generación sucediendo la transmisión hereditaria de las características adquiridas.